Cuando dos entrenadores de baloncesto españoles emprenden juntos su primer proyecto de trabajo a largo plazo en un club extranjero y como destino de su aventura eligen la lejana y fría Polonia, muchos no podían salir de su asombro. Se toparon con opiniones críticas hacia su decisión tanto en su grupo de amigos como entre los seguidores del Wisła Can-Pack Kraków, equipo por el que optaron los técnicos. El paso de los años ha demostrado que el traspaso de estos dos triunfadores del baloncesto femenino ha resultado ser un gran acierto y en las vitrinas del club de Cracovia han recalado muchos trofeos nuevos. Además, su esfuerzo ha contribuido a elevar el nivel de todo el baloncesto femenino polaco.